La liturgia de las piedras es un momento único en la trayectoria de Alberto Bañuelos, donde explora profundamente la esencia del ser humano, la pureza y la fuerza inherentes en la naturaleza manifestada a través de la piedra. Como escultor, se sumerge en el manejo de cantos rodados de distintos tamaños y orígenes, los moldea, separa, inclina, desplaza y transforma. Concentra su atención en la forma en que la luz atraviesa estas piedras, estableciendo una conexión con el material en niveles profundos de la vida misma.
La piedra, en ocasiones silenciosa, experimenta cambios asombrosos y revela nuevos resultados después de ser desmontada y vuelta a construir, emergiendo así una forma de expresión completamente nueva. Desde tiempos antiguos, diversas civilizaciones precolombinas reconocieron ciertas piedras como sagradas, como la piedra verde, la roca metamórfica, la obsidiana, el basalto, la andesita y la pirita, entre otras, utilizándolas como medios para alcanzar una conexión espiritual y una comunicación presente en la obra de Bañuelos.