Por Lanaveva en 16 mayo, 2024
Etiquetas : dolmen de guadalperal, extremadura, rio tajo, stonehengeCategorías : Esculturas,
Enclavado en las serenas tierras de Guadalperal, el Dolmen de Guadalperal se alza como un monumento eterno a la antigüedad. Este impresionante vestigio megalítico, con sus imponentes piedras dispuestas en forma de túmulo, despierta un profundo sentido de asombro y admiración ante la destreza y la visión de nuestros ancestros.
Este antiguo santuario de piedra, con su aura de misterio y grandeza, invita a los visitantes a adentrarse en un viaje en el tiempo. Al penetrar en su espacio sagrado, se abre una ventana al pasado, donde la mente puede vagar libremente entre las sombras del pasado remoto.
El Dolmen de Guadalperal nos conecta con nuestras raíces más profundas, recordándonos la riqueza y la complejidad de la historia humana. Es un testimonio de la habilidad y la creatividad de aquellos que lo construyeron hace milenios, y un recordatorio de la importancia de preservar y honrar nuestro legado cultural.
Al contemplar las piedras centenarias que componen este monumento, uno no puede evitar sentir un profundo respeto por aquellos que lo erigieron, y una sensación de humildad ante la vastedad del tiempo y el universo. El Dolmen de Guadalperal es mucho más que una simple estructura de piedra; es un portal al pasado, una puerta hacia la comprensión y el asombro ante la inmensidad de la historia humana.
¿Qué es el Dolmen de Guadalperal?
El dolmen de Guadalperal, también conocido como el tesoro de Guadalperal y como el Stonehenge español por su parecido al crómlech de Stonehenge, es un monumento megalítico que data de entre el III y el II milenio a.C. que está situado en la localidad cacereña de El Gordo en la comarca del Campo Arañuelo en el este de Extremadura en España. Se encuentra bajo las aguas del embalse de Valdecañas en el río Tajo y solamente es visible cuando el nivel de las aguas lo permite.
Consta de 140 piedras de granito, ortostatos puestas en disposición vertical que conforman una cámara ovoide de veinticinco metros de diámetro que estuvo formada por 13 fragmentos de pared, de los que faltan cuatro, precedida por un pasillo de acceso de unos 21 metros de largo y 1,3 a 1,4 metros de ancho. Al final del pasillo, justo a la entrada de la cámara, se encuentra un menhir de unos dos metros de alto que tiene esculpidas una serpiente y varias cazoletas, se estima que dichas figuras servirían como protección del lugar. La cámara, del tipo anta, tipo de construcción común en el oeste de la península Ibérica, está formada por 140 piedras y estuvo recubierta por un túmulo de tierra y grava. La rodea otro anillo circular que servía para contener el túmulo superior, posiblemente por la inclinación del terreno en el que está asentado.